Cuando caemos en el hábito automático de auto-juzgarnos y castigarnos -lo cual sucede especialmente cuando las cosas se ponen difíciles- estamos activando la respuesta fisiológica del estrés, que es nuestro mecanismo de alarma para los momentos de supervivencia. Sin necesidad de una amenaza externa, solo con tener esos pensamientos de autocrítica, estresamos nuestra mente y cuerpo, se libera adrenalina y cortisol, y generamos un desgaste mental y físico que puede llevarnos a sufrir estrés crónico, ansiedad y depresión. Somos al tiempo el atacante y el atacado. 

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En este taller trabajaremos herramientas de Mindfulness para identificar mejor la voz de los juicios en nuestra mente, los pensamientos que la alimentan y las emociones difíciles que detonan. Además de prácticas de Auto-Compasión y Amabilidad para que, aún cuando cometamos errores o estemos frente a grandes dificultades, podamos estar allí para nosotros mismos, y brindarnos cariño, aliento y apoyo, como lo haríamos con un amigo en la misma situación, en lugar de empujarnos más hondo con el hábito de darnos palizas.

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